Cada año despiertas con la bandeja del correo repleta de mensajes y ves cómo el día se vuelve especial desde el amanecer. No es un día cualquiera, de eso nada. Es como predecir que algo puede pasar. Desde bien temprano suena en el oído esa canción, el soniquete de una música que te hace recordar que ese día ha vuelto a llegar.
Sonríes con esa mezcla de añoranza, ironía, sarcasmo, un poco de tristeza y mucha felicidad. Es como mirar alrededor para encontrar esos instantes pasados y aquellos que están por llegar. Sonríes sin parar, porque aquella música envolviendo esas palabras nos hace sentirnos únicos en este mundo y, por un momento, en dueños del día que acaba de empezar.
Miras el reloj, queriendo poner el cronógrafo a cero para volver empezar, pero sabiendo que ya es otra realidad. Es como no querer ver pasar el tiempo, porque de pronto sentimos que el tiempo pasa por nosotros y… de nuevo el estribillo repetido de esa canción.
Nos miramos las manos y las acariciamos con cierto miedo. Es como no fijarnos nunca en ellas y ahora sentir como poco a poco se arruga la piel, encontrando nuevas líneas que ayer no alcanzamos a ver. Las cerramos con fuerza, con el anhelo de atrapar ese instante para que se quede eterno en nuestro interior. Y la letra de aquella canción se vuelve a repetir, una y otra vez, desde el principio hasta el final.
Ha sonado el móvil. Son las ocho de la mañana y el sol todavía se encuentra oculto tras el horizonte. En esta época del año, el astro rey aún está lleno de timidez, aunque ya desea aparecer. He vaciado la bandeja del correo electrónico. Todos esos mensajes impersonales acordándose de mí los he tirado a la basura, a ese recipiente inexistente donde guardamos la basura virtual.
Se escucha una voz al otro lado de ese aparato que ya apenas despegamos de nuestras orejas y de nuevo aquella música. Nadie recordó aquella fecha, pero hubo un mensaje y una voz volvió a sonar cantando aquella canción…..
Qué bonita forma de empezar un cumpleaños…
¡Felicidades!
Muchas gracias por tus palabras. Gracias de corazón.
Felicidades!
El tiempo pasa y cada año somos más completos, con sus heridas y sus sonrisas.
Todo forma parte de nosotros.