
Atrás quedó el invierno,
abrigado en la soledad de las noches,
en las horas interminables del insomnio.
Atrás olvidamos la primavera,
de flores secas
que durmieron sobre nuestra almohada.
Atrás quedará en unos días,
la canícula de un verano,
en el naufragio de un mar,
sin besos con aroma a sal.
Sobre las estaciones
que esperan regresar,
he encalado las paredes
para ocultar las sombras,
las que cada noche, en silencio,
estuvieron sentadas, mirándonos,
en el borde de nuestra cama.
Sobre las estaciones,
he quitado las telarañas,
que se mecen cada amanecer
bajo el dintel de la puerta
de nuestra habitación.
Se asoma su luz sobre el pretil
de las azoteas llenas de tendederos.
Se asoma con la timidez de un indeseado,
con las caricias del levante entre las sábanas,
las que rompimos cada madrugada
en la ceguera de nuestros ojos
que se miraron con odio.
Esta mañana hemos encalado nuestro otoño.

…muy buena descripción y cierta. Tal cual…Es posible que escriba algo inspirada en el otoño de tu descripción diciendo: «…tal cual un amigo»
Muchas gracias por tus palabras. He leído tu reflexión y me ha gustado mucho. Me atribuyes la condición de escritor, que a decir verdad, creo que no la he alcanzado aún. Pero de lo que me alegro mucho es que de unos versos que nacen de observar lo que nos rodea, hayas dado continuidad en prosa a una reflexión. Un abrazo
Precioso Juan Antonio!! 👏👏👏
Muchas gracias!!!