Todos hablan de ti,
maldita y despreciada por unos,
otros,
otros te miran con sonrisas y ojos de ilusión.
Te visten de vanidad y codicia, vacía, de hipócrita bondad,
pero tú, tú desnudas el alma
desgarrando la piel disfrazada de ese falso amor.
Y para mí, para mí eres…
En mi calendario de hojas caducas, ya no sumo vidas,
sólo Navidades. Vidas que se marcharon
de ese almanaque de pared.
Piel arrugada de olvidos, agujas del tiempo,
yacen los recuerdos en cunetas de la memoria.
Y llegas a mí. Regresa la infancia rescatada.
Ilusiones y sueños se acercan cada noche,
de aquellos caminos callados.
Despierto cada año un recuerdo entre los olvidos.
Brilla la noche. Miradas silenciosas
viajan tras la estrella fugaz,
eterna luz de esperanza.
Triángulo mágico de reyes, caminantes sin reinos
dibujan la nueva Navidad.
Oro, incienso y mirra, presentes del ayer,
hoy, hoy sólo un sueño es deseado en este despertar,
un nuevo mundo que se abrigue
de humildad, amor y paz.