Ironías de la vida. Detrás de esas cuatro palabras se esconden el pasado, el presente y el futuro. Y no por ese orden necesariamente, porque la vida, en ese traje de ironía juega siempre con ellos, convierte el presente en pasado y lo asoma a la puerta del futuro.
Ironías de la vida. Cuatro palabras que sin hablar de él, hablan del tiempo. De ese tiempo que se esconde detrás de un instante, de un momento que a veces es todo y lo único que tenemos, y que ha sido concentrado en algo que ni siquiera alcanzamos a ver.
Ironías de la vida. Es ver como el río no llega al mar. Que el agua asciende corriente arriba, hacia la montaña, sorteando los meandros, intentando escapar de su muerte, de ese que pensó que fue su final.
Ironías de la vida. Es como esa «cadena de favores». Ese juego extraño que ahora nos llega a través de un teléfono y hace años dábamos vida a través de unas antiguas cartas que venían en un sobre sin matasellos, sin remite ni remitente, y que nos decían que tenían que llegar a cien personas o más, para que no se rompiese ese extraño hilo conductor de esperanza y miedo a la vez.
Ironías de la vida es encontrar una carta sin palabras. Una hoja en blanco donde no existen letras escritas, donde la ausencia y el silencio encontró su refugio alguna vez. Ironías de la vida es que no hubiera tinta en las plumas que llevar a ese papel inmaculado, lleno de inocencia, virgen de un pensamiento que no llegó a nacer.
Ironías de la vida es que en el pie de página de aquella carta sin palabras, hubiera escrito una posdata. Una despedida, un adiós, una amistad que fue rota en el tiempo y que ya no supo volver.
Ironías de la vida. Que la realidad fuera un sueño y que en el sueño abriésemos los ojos, y lo hiciésemos simplemente para poder ver.
Reblogueó esto en yofumoenpipa.
Gracias Lupe por rebloguear!! Un abrazo fuerte
¡¡Gracias a ti!!Un besote :)))
Y por qué abrir los ojos Antonio? A veces con el tiempo viajamos mejor a tientas…Sobre todo si la vida sigue sorprendiéndonos. Algo así como aquel hombre al que le molesta el sol y con su mano le pone un toldo a su vista y entrecierra sus ojos para que no se le escapen los detalles…Un saludo. Mucha suerte con tu poemario…
Muchas gracias Amparo por tus palabras. Y espero que el poemario vea algún día luz. Un abrazo enorme