Se me hace, se nos hace, difícil un día como éste.
Hoy no ha amanecido, el sol no ha salido, tenía miedo. Enfrentarnos desde las primeras horas del alba con la noticia que ocupa los titulares de todos los medios de comunicación hace complicado que el día avance con cierto sosiego y paz. Pensaba guardar silencio y lo he guardado, quiero respetar el dolor,…el dolor de una familia y el dolor de una sociedad. Quería guardar silencio porque mis palabras no sé realmente de dónde nacen un día como éste, que quería borrar del calendario y no he podido.
Hoy los profesionales del derecho, y a los que nos dedicamos al ejercicio de la abogacía particularmente, se nos viene complicado realizar una reflexión jurídica. Muy difícil aunque se piense lo contrario. Existen argumentos jurídicos que tenemos que ponemos en valor,… claro que existen, pero encontrarlos en estos momentos tiene difícil salida. Confiar en la presunción de inocencia, en el derecho a una defensa,… por supuesto, son valores esenciales de nuestra sociedad, valores que nos hemos dado, valores que deben prevalecer, son derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
Pero esa reflexión hoy se me cae, no la puedo soportar. Hoy la toga me pesa, no puedo cargar con ella, la he dejado colgada, no quiero verla. Está llena lágrimas por no poder dar una respuesta, por saber que se hará protagonista, desgraciada y puñetera protagonista, y que todos, salvo los suyos, se olvidarán de ellos, de los más pequeños, de los que ya no se encuentran con su familia.
Hoy no quiero ser profesional del derecho, porque la vida me da razones para no creer en palabras vagas, sin contenido, faltas de justicia, de esa justicia del hombre que hoy para mí carece de valor.
Siento que estés así pero cualquier persona en su sano juicio lo entenderá.
Esto es injustificable,y no me sirve que después quieran atribuirle enajenación mental.este sinvergüenza sabia cómo hacer daño y lo ha hecho.
Que se pudra en la cárcel!!!
Mi apoyo para tí y para los que pensamos igual.
Gracias por tus palabras. Lo único que uno desea es que algún día nuestro sistema no se olvide de las verdaderas víctimas de este tipo de sucesos.
Un abrazo
No, no tienes por qué sentirte mal, Juan Antonio. Los abogados hacéis una labor muy importante y complicada, y es en estos casos cuando se hace más dura si cabe. Quiero que sepas que yo os apoyo y os entiendo, incluso os admiro. El abogado defensor de ese mal nacido, que ha sido hoy portada en todos los medios, ha hecho un trabajo, bien, mal o regular, pero su trabajo. Creo que (y corrígeme si me equivoco), si quiere puede dejar de ser su abogado defensor. Pienso que la noticia de hoy no ha sido que sepamos que ese… haya matado a sus hijos sino que no se haya descubierto antes cómo lo hizo. El error no ha sido judicial, desde mi punto de vista, pienso que el fallo ha sido de la policía científica y a partir de ahí todo han sido palos de ciego.
Ánimo y a seguir luchando por la justicia como lo has hecho siempre, del lado de la justicia!
Un abrazo fuerte!
Muchas gracias Puri por tus palabras. Se hace difícil pensar a veces que los grandes derechos fundamentales que nos hemos otorgado prevalezcan. Defiendo la presunción de inocencia hasta su grado máximo y el derecho de defensa debe imperar en todo caso, cosa que ocurre y que no me cabe duda. Lo que lamenta uno como profesional es que un día la toga tomará su protagonismo, lamentable protagonismo. El compañero hará y hace su trabajo de la mejor forma posible, porque no podemos perder de vista que forma parte de nuestro trabajo, la defensa, aunque internamente pensemos otra cosa.
La indignación va más referida a que nos olvidamos de las víctimas, de los que realmente sufren, cuando deben ser los que mayor protección deban tener.
Nuestro sistema debe dar respuesta, no voy a llamarla justa, porque la justicia siempre será relativa en mi opinión, pero sí debe responder con medidas adecuadas ante situaciones de crueldad. Y ojo, el padre de los niños de Córdoba no ha sido condenado, por lo que deberemos respetar la presunción de inocencia.
Un abrazo muy fuerte.