AL OTRO LADO DE LA BAHÍA


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Balneario de la Palma – Playa de La Caleta (Cádiz)


No pasa un día sin que piense que alguna vez pueda escribirte algún verso, pero tú tienes a tus poetas que saben acariciarte con la tinta de una pluma fina, convertidos en amantes.

No pasa un día sin que piense que me gustaría tocarte una falseta, pero se me rompen las púas por el miedo de que una nota se escape de esta partitura, y mi voz se calle por una garganta rota por los años. 

No pasa un día sin que te observe desde mi balcón, y recuerde que aquella bendita enfermedad me llevó a ti cada mañana en un tren que ya hoy ha olvidado sus raíles.

No pasa un día en el que cuando mi locura quiere buscar alguna razón, sea ella la que lleve a perderme por tus calles para volver a encontrarme, y dejar que el poniente se enamore del levante.

No pasa un día en el que me siente en un rincón de mi casapuerta, y aquella mujer me diga al oído que parte de mis raíces se quedaron en los adoquines de unas callejuelas, y que fueron ellas las que dejaron las huellas en los pasos de aquel niño.

No pasa un día sin que me asome a mirarte desde este lado de la bahía. 

No puedo pasar un día sin ti.

 

AUTOPSIA A UN CORAZÓN

 

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En la mesa fría
reposan los bisturíes,
afilados por el músico,
un callejero que adivina el levante.
Un loco, dicen,
que recorre las calles
sin camino ni destino.
Un solitario que sabe de vidas,
y desamores.

Sobre el plateado mar de acero,
reposa,
un corazón de sangre
que espera
a ser abierto al mundo,
porque en su día
estuvo oculto detrás
de una armadura
que olvidó quitarse.

Un corazón,
dos partes,
dos mundos,
dos seres.
Es la hoja de un puñal,
la que recorre en milímetros
las dos mitades en la que se abre.
Diseccionado los ventrículos,
se desnudan
en recuerdos y olvidos,
en un desamor eterno
que se disfrazó
de un amor de anhelos.

La cordura de ese loco
es su propia locura.
Su mano tiembla,
el sudor cae por su frente.
El bisturí se detiene
al ver que en ese corazón,
su propio rostro aparece,
entre las grietas
de un pasado,
que no vivió futuro
y nunca conoció presente.