He muerto arrodillado
por tus besos
por tus caricias
por tus miradas
por tus silencios.
Fui asesinado por la avaricia del idealismo,
por la impostura
de tu lengua
de tus manos
de tus ojos
de tus palabras.
Un día olvidamos nuestras raíces, hasta que el destino llamó a la puerta del pasado
He muerto arrodillado
por tus besos
por tus caricias
por tus miradas
por tus silencios.
Fui asesinado por la avaricia del idealismo,
por la impostura
de tu lengua
de tus manos
de tus ojos
de tus palabras.
Chatarrería al por menor de palabras y pensamiento
By Lía Gómez Domínguez
Resurgir de las cenizas.
Dónde no todo es válido, pero real