OJOS DE ABRIL


El destino es un refugio para la memoria,
un mundo donde los poetas esconden los secretos
de palabras encadenadas entre los versos.
Por eso, cuando me pregunten por ti,
les contaré que mi pasado es un otoño
de azoteas y pretiles,
de fachadas encaladas, patios y casapuertas;
que mi presente y mi futuro
observan de reojo el tiempo detenido
por los recuerdos de una tierra que abrasó
los pies del caminante que estuvo a tu lado.


Y cuando quieran saber más,
les contaré la historia de una Valkiria
que vive en las tierras del sur,
de sábanas blancas en los tendederos
mecidas por el levante y un poniente callado;
de una maestra sobre la vida
donde los caminos no son caminos,
porque transitamos por veredas.
Y si alguien tiene alguna duda,
guardo la fotografía de una Esther Williams
que nunca fue actriz,
pero con la mirada de la Magnani
a las órdenes de Rossellini
como una diosa del Parnaso.


Si un día tengo que gritar,
gritaré.
No necesito Fridas ni Chavelas,
porque he visto cómo tus manos hicieron dulces
con almendras amargas de la vida.
Y si mi destino es aquel lugar,
son tus ojos de abril en ese retrato
los que me hablan de amor,
de generosidad
y de bondad.

DORMIR EN EL PARAÍSO

Aquella carta sin remitente. Aquel número de teléfono. La duda de llamar o no llamar. Aquella llamada. El buzón de voz. La voz. Su voz. La fecha. La hora. El lugar. Un encuentro. Despertar en un lugar que no es tu lugar. Un cuchillo jamonero. Un cuchillo por afilar. Lavar el cuchillo. Lavarlo de nuevo. Envolverlo. Los mensajes de ella. Su insistencia. De nuevo, su voz. Su mirada. Aquel papel sobre la mesa. Un bolígrafo. Un perfume. El olor de su piel. Firmar o  no firmar. Su nombre. Su voz otra vez. Carolina me atrapó y me llevó a su terreno.

Han pasado unos días. Han sucedido todos estos acontecimientos. Pero ya está en casa. Ha llegado a la hora fijada. Y además, tiene las dimensiones perfectas.

De aquel encuentro a las 19:30 horas fue difícil escapar. Ya tengo en mi poder a LoGibraltar, el último modelo de colchones que ha salido al mercado. LoGibraltar dispone de los últimos avances tecnológicos en antidivorcio y separaciones en curso. La última tecnología desarrollada por la NASA sobre el descanso, haciéndote sentir que flotas en la ingravidez del espacio. Cuenta con los dispositivos necesarios para no dar vueltas y vueltas en la cama. Y puedes programarlo para que algún día quieras darte una prórroga entre las sábanas. Es el colchón perfecto para el descanso después de todo un día de duro trabajo. De LoGibraltar nunca te separarás. Es el no va más del mercado. «Con LoGibraltar, dormirás en el paraíso», reza en toda su publicidad, y en el estribillo que se repetía insistente con la música de fondo que se escuchaba en el salón de aquel hotel, donde quedaron los sobres sin remitente amontonados en un rincón.

En el salón de aquel hotel nos congregamos un nutrido grupo de compradores que fuimos atrapados por la curiosidad, el misterio y por aquella voz. Y como dijo Carolina, la voz en off de toda esta historia: en el futuro, seguiremos en contacto.

(Aquí termina la historia de un no hilo que se fue hilando poco a poco en mi cuenta de Twitter y que podéis encontrar en @jagonzalezrh).