¿SUBE O BAJA? (3ª parte)

 

Nota.- banda sonora para este relato, escuchar mientras se lee

Se abre la puerta. Silencio.

Dejar de fingir es fácil desde el momento en el que cada día entro en el ascensor. Dejar de mentir es fácil desde que me coloco los auriculares y comienza a sonar una canción en el iPod. Revelar un secreto…revelar un secreto, sin embargo, abre la puerta a que escondamos otro. Y esconder otro secreto, nos lleva a volver a fingir, y cuando fingimos nos rodeamos de otras mentiras. Y con otras mentiras volvemos a vivir. 

Se cierra la puerta. Silencio. Sólo se escucha esa música. El ascensor comienza a bajar. Lo hace lentamente, el tiempo queda atrapado en su interior. Las notas del piano suenan en mi oido. No creo que la vecina del noveno baje a esta hora. Me quedo pensando en ella. Me hace gracia su ritual diario, ese en el que siempre se mira en el espejo del portal antes de salir a la calle, saca su smartphone (se niega a decir que lleva un móvil), y se hace una foto para subirla al Instagram, al Facebook y al Twitter. Después le dice a la vecina del tercero, que es muy celosa de su intimidad. Sigue bajando el ascensor. No se detiene. Nadie espera en otra planta.

Sigue sonando esa música. Ella en mi mente. Ese momento es sólo nuestro. Cierro los ojos. Recuerdo su vestido negro, ajustado a las caderas. Su cabello recogido con su propio pelo. Sus ojos verdes. Cómo sus labios carnosos han perdido el carmín rojo de la noche. Su espalda apoyada en una de las paredes del ascensor. Sonríe, muerde sus labios con suavidad, los humedece, me mira. Inclina su cabeza  levemente hacia atrás, estira su cuello para descubrirlo, y su mano tira de mi brazo para que me acerque a ella y lo bese. Su pierna derecha se cuela entre mi entrepierna, descubre parte de su muslo. Mis manos buscan el final del vestido, lo levanto poco a poco. Sujeto su muslo desnudo, lo acaricio, separo sus piernas. Siento su piel. Arde. La ansiedad de mis dedos entre sus bragas. Las voy bajando hasta sus rodillas. Mis dedos suben buscando su sexo. Beso sus labios. La beso sin parar. Mi lengua entra en su boca, siento como su lengua devora el deseo; siento la pasión. Nos besamos con la brusquedad de sentir como el ascensor sube más rápido. No nos queda tiempo. Quedan cinco plantas. No nos detenemos. Nos seguimos besando. Mis dedos entran su coño, acaricio su clítoris, moja mis dedos. Gime mi nombre mientras me pongo de rodillas, levanto su vestido y descubro su sexo mojado. Aprieta mi cabeza entre sus piernas, mientras mi lengua entra su coño. Sujeto con fuerza sus nalgas, mi mano izquierda siente sus caderas moverse, mientras subo mi mano derecha a sus senos. Sus pezones duros, excitados. Sus piernas tiemblan, mientras sigo lamiendo su sexo. Aprieta mas fuerte mi cabeza en su coño. Jadea, lo hace sin parar, me pide más. Me pongo de pie, quiero follarla. Ella sujeta mi polla, y la introduce hasta el fondo. Muerde mi hombro. Su pierna rodea mi cintura. Su respiración excitada se corta. Susurra en gemidos mi nombre.

El ascensor se detiene.

Continuará 

(el jueves día 6 de julio, en horario de prime time, el final)

¿SUBE O BAJA? (2ª parte)

 

FullSizeRender

Cuando dejas de fingir, respiras. Cuando dejas de mentir, vives. Cuando revelas un secreto…cuando revelas un secreto, tu mejor amigo se convierte en tu peor enemigo. Sin detenerme en esto último porque daría para otra historia, lo fingido ya parece pertenecer a un pasado muy lejano, y eso que hace sólo unos segundos que el secreto ha sido revelado, que la mentira se ha convertido en una verdad, y que fingir, ya no es ese trapo que te tienes que poner cada mañana para salir a la calle.

Quince años da para mucho. O para poco, según se mire. Pero quince años viviendo en un piso de treinta metros cuadrados de la decimonovena planta de un edificio que domina el horizonte de la ciudad, no es cualquier cosa. Son quince años que finges ser el puto amo de todo. Quince años que te sientes en la cima del mundo. Pero quince años en los que no pasa un día en el que cuando te acercas a la ventana, te siguen temblando las piernas. Son muchos días los que sientes cómo el viento azota los cristales, son demasiados los días en los que escuchas una lluvia ensordecedora. Son quince años donde los únicos pájaros que se posan en el alféizar de la ventana, tienen los ojos enormes, que se quedan observándote y con sus picos golpean esos cristales arañados por el olvido. Sé que más de uno dirá que vaya estupidez de confesión es la que acabo de realizar, pero para un paleto como yo, acostumbrado a no separar los pies de los adoquines de la calle, de estar pegado tantas horas al asfalto de la carretera, la única tabla de salvación de este mal de alturas es ese bendito ascensor que está frente a la puerta de mi casa, y que se pasa toda su vida subiendo y bajando, pero que me salva de estar encerrado en este nido de buitres donde me encuentro.

Cada día, a las seis de la mañana, lo escucho llegar. Cada día, a la misma hora, en esa rutina convertida en ritual, espero a que se abran sus puertas. No tiene prisas, lo hace lentamente.

Continuará 

II SEMANA CULTURAL CEIP AZORÍN

FullSizeRender

Fin de año. No hay uvas para celebrarlo, pero sí un calor sofocante en las calles, que apenas deja respirar. Una ola de calor dicen los expertos. Los que no sabemos del tiempo meteorológico, pero sí de ese otro tiempo que habla del paso de los días, de los meses y de los años, ya sólo nos queda por contar, no ya primaveras, (que también por aquello de lo romántico de la expresión), sino batallitas del pasado que comenzamos a acumular. Hablo del pasado cuando es todavía presente, pero  hoy os escribo de algo que me he llevado a mi mochila de historias: la del encuentro con un grupo de alumnos, que sin saberlo ellos, me han hecho vivir, respirar, sentir y hasta emocionarme con algo a lo que tengo una gran pasión, la poesía.

Fin de año, sí. Fin de año porque en estos días se cierra otra etapa, otro curso, otro año escolar. Habrá despedidas sin un adiós. Habrá adioses, pero sin despedida. Hoy coincidiendo con el comienzo del verano, me ha tocado vivir esa experiencia de encontrarme con pequeños adultos que a poco que te despistes te sorprenden, y una vez repuesto del despiste, te vuelven a sorprender.

La II Semana cultural del CEIP Azorín de Rota está echando el cierre, y de nuevo he tenido la fortuna de formar parte de ella. Cuando me invitaron a participar, no dude en decir que sí. Aunque a decir verdad, al minuto siguiente pensé que me había metido en un lío, pero bendito lío. Un taller de poesía me dijeron para alumnos de 5º y 6º. A los dos minutos, cuando ya el teléfono estaba colgado, reaccioné,  pensé que más que un lío, era una aventura temeraria, pero como no, esa aventura había que vivirla.

No quiero extenderme más, sólo quiero compartir con todos en este blog esa aventura de la poesía de los alumnos del CEIP Azorín. Poesía para niños dicen algunos, poesía para la vida prefiero pensar mejor.

Aquí os dejo los videos que han visionado, así como los textos que ellos han creado a través de los juegos de palabras que sabido perfectamente utilizar. Los que tenemos otra edad, a veces olvidamos el verdadero sentido de los juegos de palabras, y convertimos las palabras en un juego. Así nos va.

Termino y lo hago agradeciendo a todo el personal y equipo del CEIP Azorín que hayan contado conmigo para desarrollar esta actividad. Agradecer a Verónica y a José Antonio la ayuda y la colaboración que me han prestado. Agradecer a Charo que me acompañara de nuevo y ver en sus ojos, lo que a veces los que estamos a su alrededor, no sabemos mirar. Y agradecer a todos los alumnos su activa participación, sus risas, alguna que otra lágrima por aquello de la responsabilidad y la mirada de todos a este mundo de la poesía.

Gracias de todo corazón. 

 

EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS

¨CUÁL ES TU VERSO¨

 

GLORIA FUERTES

¨CUANDO TE NOMBRAN¨ 

 

¨POEMA DEL NO¨