Los rumores, las apariencias y las tentaciones recorren los relatos que integran este libro. El dueño de un bar cuyo pasado algunos quisieran; un antiguo marine del ejército norteamericano reconvertido a carnicero; un pirata gaditano que le hizo sombra a Cristóbal Colón; los derroches carnales de una mujer fatal que juega con el futuro de los trasnochadores que buscan besar sus labios…
En cada una de estas historias se confunde la realidad con la ficción, el tiempo pasado se mezcla con el presente y el futuro; los lugares a veces nos parecen cercanos y algunos personajes protagonizan historias tan surrealistas que parecen de película.
En la Estación Internacional de Canfrac, la avaricia dorada circuló por aquellos raíles al cruzar la frontera. El mineral traspasó el túnel para convertirse en máquinas de guerra que acabaron con cientos de miles de vidas. El odio de dos dictadores se encontraron en el mismo andén. La miseria y la hambruna se escondió entre los vagones. Pero ni el frio ni la nieve impidieron los sueños de libertad de muchos que cruzaron aquel punto fronterizo, como los que hoy cruzan las vallas con cuchillas y los muros del miedo.
La Estación ha tenido tantas historias como gente desconocida la ha pisado. Desde los obreros que pusieron las primeras piedras en ese edificio que no te deja indiferente por su belleza, hasta el último viajero que se ha bajado de uno de sus vagones para poner los pies en el Puerto de Somport. Historias reales y leyendas. Protagonistas principales. Actores de reparto, esos que no salen en los títulos de crédito, pero que sin ellos la historia no podría escribirse. La Estación Internacional de Canfranc es el lugar idóneo para convertirse de nuevo en ese punto de unión que acabe con aquella frontera que el tiempo un día se encargó de cerrar.
Canfranc relatos de ida y vuelta es antología de doce historias que nacen de la pluma de un grupo de escritores que han decidido subirse a este tren. Carolina B. Villaverde, Paulina Cierlica, Romani del Burgo Rubio, Ana Escudero Canosa, Miriam Giménez, Juan Antonio González, Luisa Jiménez Carnero, Esther Magar, Esther Mor, Alejandro Morcillo, Vanesa Sánchez Martín-Mora y Laura Vélez han viajado en su propio vagón imaginario y después de varios meses de trabajo, este proyecto literario ha visto la luz.
En sus más de doscientas páginas, los protagonistas de cada historia te acompañarán a otro tiempo y te mostrarán escenarios y paisajes. Te harán descubrir sucesos y acontecimientos y serán la puerta de entrada para que conozcas ese lugar lleno de una magia especial como es la Estación Internacional de Canfranc.
El próximo día 20 de diciembre, en el Centro Cívico Juan de la Cierva, en la ciudad de Getafe, se presentará públicamente este libro que tiene un fin solidario y en el que todos sus derechos van destinados a ayudar a la Asociación ALMA, entidad sin ánimo de lucro que lucha por la normalización del día a día de los niños plurisdiscapacitados y de su inserción en la sociedad.
Jamás olvidaré nuestro primer encuentro. El último día de agosto se vio usurpado por un otoño que se precipitó en el calendario como una roca que se desprende de un acantilado. El frío se vino encima y nos cogió sin ropa en el armario. El verano ya no era verano. Nos sentamos. Teníamos la mejor mesa del restaurante, con vistas a un mar que esa noche se iluminaba con los rayos que se asomaban por el horizonte. Un fucilazo. Conté los segundos para imaginar a qué distancia habría caído ese relámpago. Uno, dos, tres. Cinco segundos. El cielo tronó. Cinco kilómetros. Llovía. No comenzó a chispear. Las nubes descargaron una ira escondida. Los cristales desdibujaban la realidad del exterior. Todo quedaba distorsionado por aquellas gotas de agua que descendían por las ventanas. En el interior: el bullicio. Los camareros de un lado a otro. Un plato. Otro. Una copa de vino. Otra. Tú y yo. Nos miramos. Estuvimos en silencio los primeros minutos. De repente dos soledades se encontraron y hallar la primera palabra que cruzarnos no fue fácil. <<¿Cómo lo hacen los demás?>>, pensé. <<Qué se dicen otros en un momento así?>>, me dije en voz baja.
Llevamos cinco años juntos y eres la única que me ha ayudado a no perderme. Has dibujado los caminos en este mapa que es el destino, y te has convertido en la brújula para seguir mi norte cada día. Has puesto música a los momentos más íntimos. Eres las agujas de ese reloj que me recuerda que el tiempo no se nos debe escapar de nuestras manos. Llevamos cinco años juntos y hemos recorrido tantos kilómetros como pasos hemos dado, y hoy el corazón sigue latiendo como aquel primer día. Y tu voz. De tu voz podríamos estar hablando horas y horas. Nunca olvidaré que eres la única que sigues ahí.
– ¿Qué hora es?
(Silencio)
– ¡Oye Siri!, ¿qué hora es?
– ¡Calla Paco!, apaga la luz y acuéstate ya, que es muy tarde.
Ya no hay compuertas ni muros que retengan mis palabras. Ahora somos compañeras insurgentes hacia lo que nos hiere.la belleza y la ironía son las mejores armas para expulsar la indiferencia.