DIFUMINADO

 

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Una imagen desenfocada es el inicio de cualquier historia. Una fotografía donde se difuminan los contornos, donde no existen fronteras que marquen territorios, donde no hay líneas dibujadas en un mapa. Una instantánea aparentemente irrelevante de un momento cualquiera, de ese que la memoria dibuja entre los recuerdos perdidos durante las horas de un reloj que es incapaz de detener el tiempo, de ese tiempo que se escapa de nuestras manos.

No pierdas de vista esta imagen, porque tras ella se esconde lo que un día comenzó como aquella fotografía en blanco y negro donde alguien dijo que allí latía el corazón, que la vida comenzaba a tomar forma, que el aire irrespirable del exterior se convertiría en el oxigeno para unos pulmones que estaban por formarse. No pierdas de vista lo que está difuminado, porque detrás de esa imagen se esconde la portada de un libro, mi segundo libro, donde los poemas buscarán con la ansiedad de un lobo hambriento, encontrar algunas respuestas  a las preguntas que a veces nos realizamos.

A TRAVÉS DE TUS OJOS

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No quiero ilusionistas en el escenario
que mezclen naipes de una baraja trucada,
ni saquen una paloma bajo un pañuelo
ni un conejo de la chistera.
No quiero actrices de alfombras rojas,
protagonistas de películas que solo cuentan
ciento noventa minutos
de fotogramas vacíos de momentos.
No quiero un reloj
que tenga miedo a detenerse
y olvide que el tiempo
no es lo que oscila dentro de su esfera.

Solo quiero la magia
de quien no hace trucos de manos,
pero sabe desnudar las palabras
con las caricias de unos dedos.
Solo quiero la magia
de quien sabe convertir el silencio
en la banda sonora de las letras
que se deslizan por tus labios.
Solo quiero esa magia que tienes,
que me enseñes a mirar
a través de tus ojos
y me descubras la realidad escondida
de esas otras historias.