Esquinas, mercancía de cuerpos.
Prostitutas deseadas por la codicia
de impúdicos callejeros.
Vestidos desnudos de sexo abandonado
por los ojos del desamor.
Vagabundos de trajes negros, mendigos
de la riqueza y vanidad.
Expoliados de la sociedad, la dignidad
callada, hombres y mujeres
sentados sobre basura de cartón,
entre miradas oscuras de los indiferentes
de la pobreza y la mendicidad.
Esquinas, escenarios escondidos
de bares y ventanas, balcones y rejas.
Cabinas de teléfonos
de llamadas efímeras, monedas
que atrapan la voz.
Buzones de cartas sin matasellos,
destinatarios que esperan las letras
escritas a mano, de un puño que abandona la soledad.
Cruces y caminos, idas y venidas.
Desencuentros del pasado,
en el presente los encuentros
de besos y abrazos que se llenan de amor.